Un año más hemos organizado un stage de semana para barranquear por el pirineo; la diferencia este año es que no estaremos en una zona concreta, sino que nos iremos moviendo a lo largo del pirineo, realizando descensos elegidos, un «safari».
El barranco elegido para el primer día era el Llech; Cesar y Paqui ya lo conocian y no lo querían repetir, asi que fuimos con Irela mano a mano. Llendo sólo dos, en un par de horas lo teníamos en el bote y nos fuimos a Prades, donde hariamos campo base un par de noches.

Irela en el último rapel del Llech
Los dos días siguientes seguimos por la zona haciendo el Cady y el Taurinya, dos de los cañones de referencia de esta parte del Pirineo.
Despues del Taurinya recogemos los trastos y cruzamos la frontera hasta Ribes de Freser, donde nos encontramos con Oscar y completamos el equipo. Al día siguiente cogemos el tren cremallera que sube a Nuria y desde alli bajamos hasta la entrada del barranco de mismo nombre. Este fué el primer barranco en el que encontramos más grupos, algo normal en un barranco como este.

Paqui preparándose para darle a uno delos toboganes del Nuria
Despues de algunos de los mejores toboganes que conozco, volvemos a coger el coche y seguimos viaje hacia el oeste. Bajo la tormenta llegamos a Sort, recogemos el material y a descansar. Al día siguiente nos lo tomamos de descanso, lo que no quiere decir que dejemos sin hacer el barranco más representativo del Pallars: el Infern. Para la epoca del año que estamos, lo encontramos bastante bien de agua; la sorpresa fué acabar el barranco y ver que la Noguera Pallaresa llevaba un caudal que nos permitia cruzar caminando
Con este barranco Irela dio por acabado su «safari», asi que los cuatro restantes continuamos viaje hasta la vall de Boi, donde pasaremos el fin de semana.
El sabado fuimos a bajar el barranc de Llauset, un barranco dividido en dos partes: una superior más abierta y con grandes rapeles y la inferior más cerrada y acuática.

Cesar en uno de los rapeles del Llauset superior
El domingo apostamos por el barranc de Besiberris. un descenso del que no tenia mucha informacion, alguna foto del facebook y cuatro consejos de uno de los aperturistas: cuerdas de cuarenta metros, seis rapeles en la parte superior y tres más y algun salto en la inferior. Nos salió bien la jugada, un barranco con carácter, con caudal y grandes rapeles, un descenso a repetir sin dudar.
Aqui nos despedimos despues de siete días intensos y algunos de los mejores descensos del Pirineo catalan en el bolsillo